Como todos los años, el segundo trimestre nos recibe después de las navidades, las cuales nos han relajado y por supuesto «desconectado de la atención y concentración de los exámenes». Si a esto le sumamos los cambios estacionales, que traen días más largos y templados;  tenemos varios aspectos a los que adaptarnos para un trabajo constante, estratégico y concentrado.

El segundo trimestre es más corto, y en un abrir y cerrar de ojos se termina, por eso, es aconsejable planificar por adelantado los temas que se trabajarán durante el mismo y, con tiempo, empezar a leer y realizar los mapas mentales de los temas que podemos adelantar por nuestra cuenta. Dejando, de esta manera, para los últimos días (generalmente de exámenes) los aprendizajes que necesiten explicaciones y ayuda. Así, tendremos la mitad del trabajo asimilado con lo cual los días de evaluaciones sólo nos quedarán los repasos de ejercicios y simulacros de exámenes.

No debemos olvidar que para poder llevar esta tarea con eficacia es importante acompañar el trabajo académico con una buena gestión emocional.